Análisis de Dishonored - PC

Una época oscura

Lo primero que llama la atención en Dishonored, es el ambiente que se eligió para desarrollar la historia. Dunwall, la ciudad que preside la acción, parece sacada de una Londres en los albores de la revolución industrial, como capital de un Imperio todavía en cierta expansión, donde las intrigas cortesanas son algo común y de lo que cuidarse, y que no hace sino sumar a una misteriosa plaga propagada por las ratas que está afectando a plebeyos y nobles por igual.
El jugador toma la identidad de Corvo Attano, el lord protector de la emperatriz y su hija, que vuelve de una misión en el extranjero tratando de buscar alguna pista que lleve a la cura de la plaga de las ratas. Al llegar frente a la emperatriz, sin buenas noticias, todo empieza a ir de mal en peor cuando ésta es asesinada frente a sus ojos, sin que Corvo pueda hacer mucho, y la heredera, Emily, es secuestrada.
Inculpado por la muerte de quien debía proteger, el lord protector, despojado de sus honores y condenado a muerte, es ayudado a escapar por una misteriosa organización de realistas que busca restaurar a Emily al trono. A partir de ese momento, Corvo se convertirá en un asesino en las sombras, envuelto en intrigas y planes macabros, con el solo objetivo de limpiar su nombre y proteger a Emily. La historia es muy interesante y bien llevada, con un ritmo adecuado, pero con algunos problemas notables. Lo más grave, es la aparición de personajes como el "Outsider", una especie de deidad pagana que parece tener una gran papel en la historia -mas allá de su importancia en el mundo del juego- pero que no se desarrolla lo suficiente, y al final, queda como un agregado más sin importancia aparente. El problema con la construcción de personajes se expande también a aquellos que tienen más protagonismo, con algunos que aparecen poco tiempo y son memorables, mientras que otros que deberían tener más "cámara" se sienten un poco flojos. Otro de los problemas es con la duración de la historia, que podría haberse extendido un poco más, además de que posee un final un tanto anticlimático (aunque no es algo tan grave). Aún así, y tratándose de una ip original, sigue siendo un muy trabajo.

El asesino en las sombras

Dishonored es un juego de sigilo en primera persona que parece tomar nota de otros títulos como Thief y Bioshock. Los controles son sorprendentemente cómodos a la hora de pasar desapercibido, más si tenemos en consideración que la única referencia al sigilo que encontramos en juegos de Bethesda, es la tosca mecánica de los RPG, que tiene que ver más con el aumento de niveles y menos con ocultarse. Además, los niveles están magníficamente construidos, otorgando una muy buena variedad de caminos alternativos para cumplir nuestros objetivos.
Corvo cuenta con una interesante variedad de artilugios para moverse por este oscuro mundo: una daga retractil y una ballesta de mano con varios tipos de municiones -incluyendo anestésica-, pistolas, granadas y, lo más interesante, poderes sobrenaturales que se utilizan como en Bioshock. Con estas habilidades, el asesino puede parar el tiempo, poseer animales y personas, teletransportarse a cortas distancias e incluso enviar un enjambre de ratas a que ataquen al enemigo. Todo esto da a Dishonored un número de opciones bastante más grande que otros juegos similares. En cuanto al combate, está muy pulido, tanto en lo que se refiere a anular a alguien sin ser visto, como a la lucha cuerpo a cuerpo. Si bien se trata de un juego donde se privilegia el no ser visto, eso no quiere decir que no podamos salir a los tiros y espadazos. De hecho, se nos otorgan diferentes bonus de acuerdo a la aproximación que elijamos. Dishonored premia, primero que nada, el sigilo y el no matar (puede pasarse el juego completo sin matar a nadie, salvo una excepción), y te recompensa con niveles con menos enemigos y un final menos oscuro. Pero si decidimos dar muerte a quienes se nos oponen, se nos proporciona un arsenal mucho más grande que el que tenemos a disposición para no matar a nadie, y, hasta podría decirse, más divertido. Por último, si decidimos dejar el sigilo de lado, también se nos recompensa por luchar, dejando que Corvo se vuelva más fuerte y violento mientras a más personas se enfrente cuerpo a cuerpo. Por supuesto, estas últimas aproximaciones no se reflejarán muy bien en el final... pero lo cierto, es que no se restringe ningún tipo de juego, lo que da a Dishonored un gran valor de rejugabilidad. Cabe mencionar los recursos que encontraremos en el campo, que pueden ir desde los clásicos barriles explosivos y tirar objetos para llamar la atención, a dispositivos de seguridad que pueden reprogramarse para atacar al enemigo (en un estilo similar a Deus Ex).

Por las calles de Dunwall

Mencionamos al principio lo original del escenario de Dishonored. Es sorprendente el nivel de inmersión que se pudo lograr en la construcción de esta ciudad Steam-Punk. Las calles sucias, el cielo tiznado de hollín, las ratas pululando por doquier y los edificios de los callejones, derruidos y maltratados, algunos abandonados y tapiados contrastan con las construcciones lujosas de la nobleza y el clero, dando a entender la profunda división de clases que se espera de esta sociedad “victoriana”. A esto podemos sumar la tecnología retro futurista que tan bien se acomoda al resto del escenario, y hasta el diseño de los personajes, la inmensa mayoría de ellos bastante feos, como sacados de alguna ilustración grotesca de los libros ingleses del siglo XIX.
Pero tal vez, uno de los detalles que más suman al sentimiento de opresión y abandono, es uno de los ítems que posee Corvo: se trata de una especie de corazón mecánico que sirve para buscar runas y amuletos de hueso –necesarios para comprar habilidades- pero que tiene la particularidad de que, al apuntarlo a cualquier personaje del mundo de Dishonored, o al escenario en particular donde estamos, y activarlo, nos revelará detalles –oscuros y hasta macabros- del personaje o escenario en particular. Un detalle que parece menor, pero significa mucho. De la música poco puede hablarse, ya que se la nota poco a lo largo de la aventura. La excepción es el tema principal, una melodía un tanto escalofriante, que puede escucharse varias veces, generalmente silbada por guardias o habitantes de Dunwall. Uno más de los elementos que ayudan a una excelente ambientación.

Conclusiones

Dishonored es, sin duda, un muy buen título de sigilo, que hace más que bien los deberes para tratarse de una ip nueva. Con su pulida jugabilidad y particular ambientación, es una de las mejores sorpresas que aparecieron este año.
Por supuesto, es un juego perfectible, particularmente lo que se refiere a historia y construcción de personajes, pero estos pequeños detalles no empañan un excelente desempeño.

Lo mejor

- Ambientación.
- Niveles muy bien construídos.
- Muchas opciones de aproximación.

Lo peor

- Una historia un tanto corta.
- Personajes algo blandos.