06 de Febrero del 2023

Análisis de Forspoken - PS5

Una viajera en un mundo extraño, repleto de peligros, bugs y caídas de frames.

Alicia en el país

Frey es una huérfana abandonada de bebé en la ciudad de Nueva York, que pasó toda su infancia y adolescencia saltando de un hogar a otro. De adulta, su suerte no ha cambiado demasiado: se enfrenta a constantes problemas con la ley y con gangsters, y no tiene otra cosa más en el mundo que a su gata Homero. Pero Frey tiene un plan para largarse de allí y cambiar su suerte y su destino, y ya tiene todo lo necesario para lograrlo. Pero el destino es caprichoso, mucho más de lo que imaginamos, y cuando parece que Frey lo ha perdido todo, un misterioso brazalete en una oficina abandonada le cumple su deseo de escapar de Nueva York, pero no como ella hubiese querido.

Frey es transportada al mundo de Athia, una tierra de magia, encanto y demasiados peligros. Se entera gracias al brazalete, que es parlante (una maldición convirtió a esta ¿persona? ¿ente? en joyería), que el lugar en donde está se encuentra en grave peligro. Una misteriosa maldición conocida como La Ruptura corrompe todo lo que entra en contacto con ella, y hasta el más tierno animalito se convierte en un monstruo dientudo, violento y peligroso. Y ni hablar de osos, leones y otras cosas más grandes. Solo la ciudad de Cipal está a salvo de la maldición, pero nadie sabe por cuánto tiempo más.

Frey y su brazalete (que no le gusta que le digan brazalete) se convertirán en lo único que se interpone entre la seguridad y la locura, la única capaz de salvar al mundo. Aunque ella sólo quiera volver a Nueva York. Y todo esto ocurre en la primera hora.

La historia te da y la jugabilidad te quita

La premisa de Forspoken es bastante interesante, y más allá de un inicio un poco lento, la trama no está mal (aunque toque muchos cliché del género), y Athia es un mundo con muchísimo trasfondo para explorar. Pero no está exenta de problemas. Por un lado, el cast de voces es irregular: mientras Frey y su brazalete tienen una gran química y es muy divertido escucharlos hablar mientras se explora el mundo; en otros casos (particularmente con NPC y personajes muy secundarios) parece el doblaje de Resident Evil de PSX.

La otra gran falla es la narrativa. Durante buena parte del juego, Frey es reacia a quedarse y ayudar a la gente de Cipal e insiste con volver a Nueva York. Sin embargo, esta característica del personaje va y viene, y las motivaciones no siempre están claras. Si bien las fallas pueden ser notables, el cuidado que los desarrolladores han puesto en el armado del mundo compensa muchísimo. Eso sí, vas a tener que jugarlo con muchas ganas de leer.

Pero por más interesante que pueda ser la trama, si la jugabilidad falla, estamos en problemas; y Forspoken está bastante complicado. El problema principal que encontré es la navegación. Los movimientos de Frey son muy toscos y desparejos, y es muy fácil desviarte o tener que introducir varios comandos antes de que la protagonista vaya a donde querés, o peor, se quede parada donde querés. Hay muchos juegos en los que los movimientos de los personajes son pesados en busca de realismo en el movimiento, pero Forspoken es un juego que te motiva a moverte rápido, por lo que un movimiento poco fluido es imperdonable. El juego cuenta con un sistema de "parkour mágico" que da la habilidad a Frey de sortear casi cualquier obstáculo y saltar grandes distancias, pero al estar pobremente optimizado, una habilidad que debería permitir un movimiento fluido más de una vez nos desvía demasiado del camino o nos fuerza a ir por donde no queremos.

En combate, el parkour mágico nos deja esquivar casi cualquier ataque enemigo mientras nos mantengamos corriendo, y es donde mejor debería funcionar la habilidad, pero no lo logra. Para combatir, Frey utiliza una enorme variedad de poderes mágicos de distintos elementos y a los que los enemigos responden con vulnerabilidades y resistencias. Si bien la elección es amplia, en esencia podemos dividir los ataques mágicos en dos partes: un ataque "rápido", que podemos activar constantemente; y un ataque "lento", con cooldown pero muchísimo más poderoso.

La idea es que estemos en movimiento todo el tiempo y que haya cierto elemento frenético en la lucha, pero otra vez nos encontramos con problemas de optimización. La cámara en general se detiene en Frey, por lo que cuando estamos intentando correr alrededor de los enemigos, es común que los perdamos de vista y no podamos atacar con comodidad. Si bien hay un comando para fijar el objetivo, este no siempre responde correctamente, y es muy común que, tratando de movernos, cambiemos el objetivo constantemente, lo cual resulta extremadamente molesto. Por último, no todos los ataques combinan bien con el parkour: hay muchos que nos obligan a detenernos y apuntar cuando sería preferible estar en movimiento todo el tiempo.

Lo peor de todo esto es que Forspoken tiene muy buenas ideas y conceptos, pero no están bien aplicados. Si los ataques estuviesen un poco más automatizados y nos permitieran sincronizar bien con el parkour, la experiencia sería mucho más divertida. Una vez que te acostumbrás al control pesado y a la poca respuesta con algunos comandos, el combate se vuelve muy interesante y comienza a jugarse como los desarrolladores lo pretendieron, pero es muy probable que muchos jugadores lo larguen antes de poder dominarlo.

Otro problema que me encontré, aunque suene extraño decirlo, es la extensión del mundo. En un juego de mundo abierto uno espera que haya mucho por explorar y hacer, y Forspoken te lo da. Pero todo es muy similar y termina siendo agotador. Mientras que en un buen juego uno tiene que hacer un esfuerzo por no desviarse, en Forspoken es muy fácil no prestar atención a los mil íconos del mapa y enfocarse solo en lo que necesitas para mejorar a Frey y preferir seguir con la historia principal.

Gráficos que atrasan

Al igual que con la jugabilidad, en materia visual Forspoken es un juego que nos muestra lo que pudo haber sido y no es. El modelado de personajes dentro de todo es correcto, y los efectos de partículas en cuanto a los hechizos se ven bien, pero ahí nos quedamos. Hay una sorprendente falta de texturas para un título de estas características. Me cansé de escenas panorámicas que parecen atrasar una década o más; vacías, sin vida. Todo lo que Forspoken promete en sus primeros 20 o 30 minutos en la ciudad de Nueva York se deshace casi de inmediato cuando llegamos a Athia.

Otra falla notable es la caída de frames, incluso si jugamos en modo en modo performance se ralentiza todo cuando hay demasiado ocurriendo al mismo tiempo, o el área está muy cargada. Todas señales de un juego que fue apurado.

La música, al menos, es uno de los puntos altos del juego, y realmente se disfruta cuando exploramos el mundo. Pero no hay mucho más que Forspoken ofrezca en cuanto a lo técnico.

Conclusiones

Forspoken es un juego ambicioso que quiso abarcar mucho y termino mordiendo poco. Apurado y tosco, tiene poco que ofrecer en materia gráfica y exploración del mundo. Es una lástima, porque tras la dura superficie se puede notar que hay grandes ideas que, de haber sido bien implementadas, estaríamos hablando de un éxito casi asegurado. El combate, por ejemplo, es una de las cosas más interesantes que tiene el título, con gran cantidad de opciones para adoptar el estilo que elijamos, pero al que toma demasiado tiempo acostumbrarse. Una vez que se logra, se torna bastante divertido. Algo similar sucede con la historia, el mundo y los personajes: el trasfondo es magnífico, pero el poco incentivo para explorar el mapa hace que uno se pierda mucho. La historia es simple, pero podría ser mucho más si el cast de voces fuese el adecuado o el guión estuviese un poco mejor escrito. Frey y Brazalete son el mejor ejemplo: entre ambos hay gran química y se disfrutan mucho sus interacciones. Si se hubiese puesto el mismo cuidado a todo lo demás, sería otra cosa.

Lo mejor

· La construcción del mundo.

· La química entre Frey y Brazalete.

· Cuando se domina, el combate.

Lo peor

· El apartado técnico.

· Lo poco pulido de la jugabilidad.

· Lo que se tarda en vencer la frustración y acostumbrarse al combate.

· Errores varios en guión y cast de voces que hacen pensar en un juego apresurado.

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