16 de Marzo del 2023

Análisis de Clash: Artifacts of Chaos - PS4

El estudio chileno ACE Team vuelve a la carga con un título de acción presentado a través de un mundo tan confuso como interesante. No van a faltar golpes, patadas, ni dados. ¿Intrigados? Vamos a verlo.

A diferencia de lo que le debe pasar a muchos usuarios cuando se les menciona el estudio chileno ACE Team, uno los desarrolladores de videojuegos más destacados de Latinoamérica, no es la saga Zeno Clash lo primero que se me viene a la mente. Y es que a principios de 2016, un año particularmente especial en lo personal, me encontraba disfrutando y muriendo de risa con The Deadly Tower of Monsters, un título de acción con vista isométrica bastante hilarante. Y si bien no tiene mucho que ver con el juego que nos reúne aquí en esta reseña, no quería perder la oportunidad de recomendárselos. Ahora, ya que mencionamos a Zeno Clash, ciertamente nos toca regresar al mundo de Zenozoik.

Así es, Clash: Artifacts of Chaos no se relaciona con los personajes o sucesos de la mencionada saga de acción en primera persona, pero sí ocurre en el mismo mundo. Y de hecho, déjenme decirles que está más lindo que nunca. Si bien ya hablaré del apartado visual... wow, desde los adelantos ya podíamos apreciar un estilo artístico impresionante.

El protagonista de esta nueva historia es Pseudo, un sujeto bastante temible a simple vista, pero que en verdad es buena onda. Tan así que en nuestros primeros pasos nos encontraremos con un pequeño personaje cuyo abuelo es asesinado y queda bajo nuestra protección. Casualmente, Pseudo suele referirse a éste como "The Boy" (¿Clash of War?), aunque realmente no me parece un juego comparable con las dos últimas entregas de nuestro querido espartano; quizás un simple guiño. El asunto es que esta indefensa criatura oculta algunos importantes poderes y hay varios seres con malas intenciones tratando de encontrarlo. Obviamente Pseudo, que es un tipazo, no va a dudar en querer ayudarlo a huír, mientras a su vez buscan los Grandes Artefactos por el mundo.

No es la primera vez que vemos a un personaje heróico protegiendo a un indefenso, ni tampoco es la primera vez que nos encontramos en un viaje lleno de peligros para dar con unos supuestos artefactos, por lo que la trama principal en líneas generales no es nada del otro mundo. En lo que Clash sorprende por demás es en el diseño de los personajes, el lore de Zenozoik, los datos que vamos descubriendo de a poco cual saga Souls, y algún que otro giro para darle un poco de emoción al asunto. Ah, y el Ritual, por supuesto.

¿Qué Ritual?, se estarán preguntando. Bueno, resulta que por el mundo hay tanto criaturas salvajes como otras más inteligentes, como Pseudo. Mientras que los monstruos no parlantes van a atacarnos (o ignorarnos) sin juicio alguno, nos vamos a encontrar de tanto en tanto con enemigos cuyo IQ es el suficiente como para querer jugarse una partidita de dados con nosotros. Pero no van a jugar a la Generala, sino que van a completar un Ritual, cuyo ganador va a tener un beneficio en la pelea. Es como que te vengan a robar en la calle, pero antes de que el chorro te saque todo, te deje tirar los dados para darte unos segundos para correr o algo así.

Me dejo de chistes, vamos a explicar en serio este Ritual. Se trata de un minijuego en el que cada personaje tira sus dados y tiene varios turnos para tratar de sabotear los del oponente. Por ejemplo, tendremos un objeto para afectar cierto sector del tablero, y lo mejor será intentar agarrar todos los dados del enemigo. Es algo breve y, si me lo permiten decir, básico. Esperaba un poco más de este sistema, no me terminó de convencer del todo. Si no queremos jugarlo también podemos ordenarle a nuestro compañero que juegue él. Sirve para tener un momento de pausa antes de pelear, pero me hubiese gustado que los efectos sean más determinantes o el minijuego un poco más estratégico.

Sea con ritual previo o no, llega la hora de repartir piñas y patadas. Al comenzar el juego, vamos a poder optar por tres estilos de pelea distintos, aunque en definitiva comenzaremos con un golpe simple y otro más cargado. Sumado a ésto, podemos hacer un dash o tratar de desviar un ataque, lo cual ya mismo aprovecho para decir que no me pareció muy preciso y me hizo recibir infinidad de golpes. Al final es mejor esquivar con el dash, o por lo menos yo no encontré la precisión que necesitaba. Creo que después de Sekiro nunca más di con un juego tan preciso cuando de desvíos o contraataques hablamos; me pasó lo mismo hace poco con Wanted: Dead, pero ahora el que se está desviando de la reseña soy yo, perdón. Por último, vamos a contar con un momento de furia, el cual se activa luego de cargar una barra y nos permite dar una buena paliza en primera persona al oponente. Nuevamente, hubiera preferido algo más fijo y hasta automático como ataque especial, porque por más bonito que sea el momento en primera persona, no deja de ser un lapso de machacar el botón de ataque.

Ahora sí, atención a lo siguiente, porque si buscás un juego de acción en tercera persona para repartir golpes a lo fiero y despreocuparte de tus problemas de la vida por un rato, no sé si Clash es para vos. Estamos ante un juego más pausado, a lo Souls, en el que nos conviene pegar y retroceder para no ser humillados. Los enemigos suelen ser mucho más poderosos y nos pueden dejar en offside con un par de golpes bien puestos. Por suerte hay una mecánica que sí me gustó mucho y es la de un escudo recargable, que a su vez se gasta al golpear. Es decir, tenemos que estar pendientes de no atacar tanto y reactivarlo todo el tiempo por si recibimos algún golpe duro. Le da cierto grado de ventaja a las peleas difíciles si aprendemos a usarlo. Y sí, en Clash hay que aprender y acostumbrarsea todo; al principio me estaba sintiendo algo sofocado pero una vez le tomás la mano al combate y al juego en general, se torna un poco más entretenido.

Y es que no sólo en el combate uno tiene que asimilar los controles y la idea propuesta por ACE Team, sino también en la exploración. Debo admitir que me vi perdidísimo y frustrado varias veces, y me encantaría darle la mano al estudio en esto, porque crearon un mundo fantástico y en el que uno es recompensado por recorrer cada rincón, pero la facilidad con que uno termina volviendo sobre sus pasos o terminando sin saber a donde ir es tremenda. El juego es muy poco guiado, lo cual no está mal, pero al menos podrían haber armado un mapa decente. Para acceder al mapa no tenemos un botón directo, y ni siquiera el personaje se presenta con una flecha, como para saber si estamos aunque sea mirando en la dirección correcta. Creo que un poquito de ayuda en esto, y más sabiendo que ya de por sí el mundo era laberíntico, no hubiera estado nada mal.

Y prometo que después de esto ya dejo de quejarme, pero al comienzo también sentí todo muy desprolijo. No tanto por los menús, a los que uno se acostumbra al rato, sino por la presentación en sí a este mundo. Ya de entrada estamos en un sitio algo bifurcado, y si sin querer te dormís en el campamento para que se haga de noche, vas a tener más preguntas que Pinocchio en su última película, porque de repente vas a estar controlando a un muñeco de madera. No sé, quizás yo soy un poco distraído, pero no sentí que se explicara bien todo ésto.

Mencionado el muñeco de madera, resulta que podemos controlar a este segundo cuerpo tanto para recorrer Zenozoik a placer, como para tener una segunda oportunidad si Pseudo cae en batalla. Además, con esta "forma" podemos acceder a algunos lugares a los que el protagonista no puede. Esta mecánica de ir a buscar nuestro cuerpo también puede asemejarse a Souls, aunque ya si perdés siendo de madera (como yo jugando a esto) vas a recibir una pantalla de Game Over y a tener que repetir todo desde el último guardado. Por otra parte, de noche también hay otro tipo de enemigos, y algunos más fuertes, así que es quizás más peligroso explorar así. Y lo menciono brevemente porque ya me extendí demasiado, pero Pseudo tiene un sistema de mejoras; puede mejorar sus atributos, aumentar el poder de sus ataques, conseguir nuevos movimientos y crear objetos.

Ahora sí, momento de los aplausos. El nivel de calidad que presenta Clash a cada paso es hermoso. Quizás el estilo de colores y surrealismo no sea del agrado de todos, pero nadie podrá negar que estamos ante un trabajo muy cuidado y detallado. Recorreremos diferentes tipos de zonas, y veremos enemigos con distintos tamaños y características. Incluso con los enemigos "inteligentes" hay una breve pantalla estilo "versus" en la que veremos a los adversarios que enfrentaremos, y simplemente me encantó en cada ocasión. Los diseños en general son muy llamativos, y Clash probablemente merece una oportunidad por la experiencia visual que ofrece, sin desmerecer al gameplay más allá de los detalles que no me han terminado de convencer.

Conclusiones

Clash: Artifacts of Chaos es un juego muy interesante, pero que me cuesta recomendar a cualquiera. Si buscás un combate pausado en un mundo artísticamente espectacular, deberías darle una chance. Si te frustan los juegos laberínticos o querés acción un poco más frenética, no es para vos. Este título merece una oportunidad por las ideas que presenta y lo mucho que te sumerge en Zenozoik, pero varios detalles que ya he mencionado me privan de ponerle un mayor puntaje. Aún así, lo disfruté.

Lo mejor

· Una experiencia increíble en lo visual; los escenarios y diseños de personajes se llevan los aplausos.

· La mecánica del muñeco de madera es interesante.

· La idea del Ritual es muy llamativa...

Lo peor

· ... aunque siento que quedó básica y podría tener mejores efectos.

· El combate es entretenido pero tiene sus imprecisiones y tosquedades.

· Por momentos la exploración es frustrante, con un mapa carente de referencias y zonas que te marean mucho.

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