[Expansión] Destiny 2: Lightfall Volver arriba
Gabriel Pizarro
Redactor
Gabriel Pizarro / Gabriel

Tenía una frase muy cool, pero se perdió y nunca volverá a ver la luz. Leer más »

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31 de Marzo del 2023

[Expansión] Destiny 2: Lightfall

Una historia de casi 10 años se prepara para la recta final.

El fin comienza en Neptuno


Para quienes no lo sepan aún, Destiny 2 es un FPS/looter que continúa la historia de su predecesor desde el año 2014. Son ya casi 10 años de un contenido que se expande temporada a temporada, siempre dándonos un poco de información nueva y avanzando un pasito más. Y el final ya está llegando.
En este juego encarnamos a un "Guardian", un miembro de una casta de guerreros protectores de la nave Traveler, capaz de terraformar planetas y hacerlos habitables para la raza humana (y otras tantas que dan vuelta por ahí). El Traveler, al parecer, hace uso de una fuerza extraña conocida como "Luz", que los guardianes pueden utilizar para ganar extraños poderes casi mágicos. A esta Luz se opone la fuerza de la Oscuridad, manejada por diversas facciones a lo largo del juego. O eso parecía hasta la expansión The Witch Queen, cuando nos enteramos de que Luz y Oscuridad no eran tan opuestos, y forman una especie de balance. Esa revelación que cambia todo lo que se sabía hasta el momento, vuelve a hacer su aparición en Lightfall, con la subclase Strand (Cuerdas) que utiliza ambas manifestaciones para darle nuevas habilidades a los guardianes.

En cuanto a la historia en sí (y cuidado, puede haber spoilers), la temporada comienza a todo trapo, con el ataque de The Witness (el nuevo villano y posiblemente mente maestra detrás de todo lo que ha pasado hasta ahora) al Traveler, y el heroico pero insensato asalto del hechicero Osiris y nuestro propio guardián a la nave enemiga. Es durante esta misión que nos enteramos por un lado que Calus, líder de una parte del Cabal (una belicosa facción extraterrestre) se ha unido al Witness y juntos planean robar un objeto/aparato llamado the Veil (el Velo). No todo sale como los héroes esperan y ambos terminan precipitándose a Neptuno, el planeta sobre el que se libraba la batalla entre las que, hasta ahora se creía, eran las fuerzas de la Luz y la Oscuridad.
En la superficie, no sólo nos encontramos con una enorme y avanzada ciudad, sino que el Guardián toma contacto por primera vez con Strand, la nueva habilidad de clase. Esta nueva subclase es una de las más divertidas de todo el juego hasta ahora, y la variación de jugabilidad que introduce es uno de los mejores aciertos: más allá de los Super y habilidades específicas para cada guardián, el cambio mayor está en que el lugar de la granada es reemplazado por un gancho que puede sostenerse en cualquier superficie, incluso el aire, y nos permite movernos con muchísima más libertad en los escenarios; incluso podemos agarrarnos de un enemigo, propulsarnos hacia él y terminarlo con un ataque cuerpo a cuerpo. Si bien esta habilidad puede ser modificada para usar granadas algo más tradicionales, lo cierto es que usar el gancho es de lo mejor.

Una vez que el guardián derrota a todos los invasores en el lugar donde aterrizó, se encuentra con los guardianes de Neomuna (la ciudad de Neptuno), los Cloudstraiders, unos seres modificados bionicamente para proteger el lugar de cualquier amenaza. Así es que conocemos a Rohan y Nimbus. Pero lamentablemente aquí es donde la expansión pone freno de mano y toda sensación de urgencia queda totalmente paralizada.
En Neomuna, deberemos cumplir varias misiones que tienen que ver con Calus, el Witness y el Veil, ese objeto codiciado que no sabemos lo que hace ni para qué sirve, y jamás obtenemos una respuesta clara, pero que debemos proteger a toda costa. Lo que se apuntaba como una persecución y grandes batallas, no termina siendo más que una serie de misiones bastante genéricas y carentes de peso argumental. Por suerte, hacia el final la historia levanta muchísimo, pero te deja impaciente para la próxima temporada.

Más allá de la historia, en los demás aspectos fuera de las novedades jugables, nos encontramos con claroscuros. Por empezar, Neomuna no se parece en nada a lo que veníamos encontrando en otros planetas y satélites. Si hasta ahora los guardianes siempre se movieron por ruinas, la ciudad de Neptuno está en su apogeo, y su arquitectura futurista y cargada de neón contrasta muchísimo con otros escenarios. Pero a su vez, la ciudad está completamente vacía, y todo lo bueno que podríamos obtener de ella queda opacado. 
En cuanto a los personajes nuevos, el Cloudstrider Rohan podría llegar a ser una gran adición, pero interactuamos muy poco con él. Su pupilo, Nimbus, con quien tenemos más relación, se me antoja un poco más insufrible y poco desarrollado.

Conclusiones


Lejos de lo que mucha gente esperaba, la primera temporada de Lightfall deja bastante que desear en materia de historia y escenarios. Promete mucho desde el principio, pero luego frena completamente y tira por la borda cualquier sentido de urgencia. Dicho esto, hay que destacar que la nueva subclase Strand es un mar de diversión para todas las clases y es un soplo de aire fresco más que bienvenido a la jugabilidad de Destiny 2.


Lo mejor
· La subclase Strand.
· La misión final de la campaña.

Lo peor
· La historia.
· El poco desarrollo de los personajes nuevos.
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