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Final Fantasy VII Rebirth
Gabriel Pizarro
Redactor
Gabriel Pizarro / Gabriel

Tenía una frase muy cool, pero se perdió y nunca volverá a ver la luz. Leer más »

Email: prensa@playnomore.com
08 de Marzo del 2024

Análisis de Final Fantasy VII Rebirth - PS5

Un reencuentro en la encrucijada de los destinos.

¿Remake? No tanto


A esta altura es muy difícil hablar de Final Fantasy VII Rebirth (FFVII: R) como una simple remake luego de que el final del juego anterior (cuidado, spoilers si no lo jugaste aún) nos presentara un total cambio de paradigma en la historia del juego, con un enfrentamiento con Sephiroth que terminó por cortar (o al menos, eso pensamos) con las cuerdas del destino, separando a los protagonistas del camino preestablecido que todos creíamos estaba escrito en piedra. De aquí en más, FFVII: R se vuelve un gran misterio en especial para viejos jugadores, que ya no saben si todo lo que debería ocurrir, va a ocurrir como debería.
Esa es la sensación que me invadió desde el comienzo del juego, donde empiezan a ocurrir cosas extrañas que nos llevaran a mil elucubraciones que nos van a tener al filo del asiento para poder descubrir que es lo que está pasando con este mundo que es más nuevo de lo que esperábamos. Y no se preocupen, que me cuide expresamente de escribir esta reseña antes de ese suceso que los viejos conocemos, por lo que yo tampoco sé cómo o si va a ocurrir. Si, incluso nos lleva a preguntarnos eso.

Pero hay mucho más que FFVII: R trae a la mesa, ya que este es el título en el que por fin salimos al mundo abierto, y la expectativa sobre cómo iban a desarrollar uno de los mapas más extensos en la historia de los Final Fantasy era bastante elevada. Y debo decir que en su gran mayoría, el juego está a la altura e incluso las supera. La forma en la que resolvieron la adaptación del mapa a la vez que agregaron contenido es tan simple como brillante: dividieron los continentes en varias regiones que se conectan armónicamente unas con otras, dando la impresión de un mundo enorme pero al que accedemos por partes.
Cada región, además, tiene su serie de misiones secundarias y elementos explorables que nos instan a pasar tiempo en cada sector del mapa en lugar de, simplemente, dirigirnos del punto A al B como sucedía en el original. Si bien esta decisión no siempre da los resultados esperados, ya que algunas de las actividades son repetitivas, también es cierto que dotan al mundo de vida y trasfondo.

Un Final Fantasy que se siente como tal


Nunca fui demasiado fan del alejamiento del sistema de combate por turnos, pero entiendo que tal vez las nuevas audiencias quieran más acción y movimiento. FF: R, construyendo sobre las bases de Remake, ha encontrado un equilibrio más que interesante entre acción y turnos. Lo que me encanta de este sistema es que los ataques en tiempo real sirven para rellenar la barra ATB, y una vez que esto sucede, recién ahí podemos hacer uso de habilidades especiales, ítems o magia. Rebirth, además, nos presenta un sistema más pulido, simplificando algunas opciones y agregando otras muy necesarias. Una de las más interesantes son las habilidades de Sinergia, ataques combinados que al principio puede ser un poco complicado de entender cómo usarlos, pero una vez que se entiende, se vuelven un pilar fundamental del combate, ya que no solo son sumamente poderosos, sino que dotan a los ejecutantes de buff importantes como magia ilimitada o una carga acelerada de la barra de Limit Break.
El modo en el que mejoramos armas y desbloqueamos habilidades es mucho más simple y efectivo. En Remake, cada arma tenía una serie de nucleos que mejoraban tanto los stats del arma como del personaje que la empuñaba, con la desventaja de que al cambiarla, estos stats desaparecían. En Rebirth, las armas pueden aumentar de nivel a medida que las usamos en combate, pero no afectan a las habilidades y stats propias del personaje. En su lugar, tenemos por un lado los Folios, que funcionan de manera muy similar a los nucleos del juego anterior, pero que pertenecen al personaje y no a su equipo. Cada folio incluye desde mejoras de stats (mayor daño físico o mágico, crecimiento de la barra de HP o MP, etc) hasta ataques combinados y habilidades de sinergia.

Las mejoras se compran con AP (Ability Point) y cumpliendo ciertos requisitos, pero para desbloquear nuevos Folios, es necesario que el grupo de personajes crezca en cuanto a vínculos. FF:R cuenta con un medidor de vinculación que marca qué tan cercanos son los miembros de la party entre sí, y para que este crezca, es necesario hablar con cada miembro en momentos de tranquilidad en los pueblos y ciudades, o cumplir misiones secundarias específicas que interesen a un miembro en particular. El resultado es que jugar las misiones secundarias se siente más orgánico e integrado a la trama, a la vez que obtenemos una recompensa más duradera que los ítems (de los que nunca estaremos en falta) o gil.
Todo este trabajo nos lleva a experimentar un Final Fantasy que navega entre lo nuevo y lo viejo, y mantiene la acción esperada por las nuevas generaciones sin alejarse demasiado de lo clásico y lo que esperamos los jugadores más antiguos.

Un mundo increíble


¿Recuerdan los que ya empiezan a peinar canas cuando un juego de Squaresoft era señal de maravilla técnica y gráfica? Bueno, siéntanse como en casa. Ya mencioné lo grande y completo que se ve el mapa del mundo, pero además es notable el nivel gráfico de todo lo que nos rodea.
Y esto se extiende a los pueblos y ciudades, más grandes, con mucho más para hacer y con más trasfondo, historias y personajes. Los creadores de este juego entendieron muy bien que no alcanza con gráficos modernos y ya, sino que se tomaron el trabajo de agregar mucho más contenido a cada lugar por el que pasamos. Mención más que especial a la espectacularidad del parque de diversiones Gold Saucer, que en el juego original era uno de los mapas más ambiciosos y aquí no deja de sorprender.
Pero no sólo de gráficos vive el hombre, y es aquí que debemos hablar de la espectacular música de Nobuo Uematsu, compositor histórico de la saga y que hizo de la banda sonora de Final Fantasy VII una de las más icónicas de la historia de los videojuegos. Desde aquellas piezas que se mantienen como en el original a aquellas que han sido reversionadas, y pasando por un montón de música nueva, FF: R vuelve a demostrar el porqué de los años y el fanatismo que la saga ha generado a lo largo de su vida.

Conclusiones


Mostrando un equilibrio magnífico entre lo clásico y lo moderno, y regalándonos un mundo enorme y lleno de vida; gráficos impactantes; música inolvidable y sorpresas para nuevos y viejos fans por igual, Rebirth se corona como uno de los mejores productos que Square Enix ha sacado en mucho tiempo. Es cierto que algunas misiones secundarias y actividades pueden resultar repetitivas y hasta un poco aburridas, pero hay tanto para hacer y ver que es fácil olvidarse de esas pequeñas fallas y sumergirse íntegramente en el mundo de Final Fantasy VII.


Lo mejor
· El sistema de combate pulido y simplificado.
· La construcción del mundo.
· La dirección de arte.
· Las sorpresas.

Lo peor
· Algunas actividades y misiones secundarias se sienten repetitivas.
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Ficha del juego
Final Fantasy VII Rebirth
Galerías
Final Fantasy VII Rebirth
  • Empresa
    Square Enix.
  • Origen
    Japón.
  • Fecha de lanzamiento
    29 de Febrero de 2024.
  • Plataformas
    PS5.
  • Descripción

    Es la segunda parte en la serie de Remake de Final Fantasy VII que nos cuenta la historia de un juego de fantasía que redefinió el género del RPG en tres juegos distintos. Cloud y sus amigos se embarcan en una nueva aventura durante este juego, y las escenas que vieron antes de abandonar Midgar les darán una experiencia fresca. Los héroes unen sus fuerzas con nuevos compañeros jugables, incluyendo a Yuffie, miembro elite de los ninja de Wutai, Red XIII, una bestia con una cola en llamas que ofrece palabras de sabiduría al equipo de Cloud ocasionalmente, y Cait Sith, un humorístico robot con forma felina, a menudo visto encima de su gran amigo moogle, para cazar a Sephiroth, el "one-winged angel" empeñado en conquistar el planeta.