Análisis de QUBE - PC

Quick Understanding of Block Extrusion

Q.U.B.E. es un juego de puzzles en primera persona que está situado en un entorno casi carente de colores, abstracto, y con un clima de soledad que realmente asusta y deja que nuestra mente viaje durante el transcurso de la experiencia.
Al comenzar el modo historia, nos encontraremos con nuestro personaje tendido en el suelo, despertando de un estado comatoso, en una habitación totalmente blanca, y sin ninguna instrucción que nos pueda ayudar para progresar. De esta forma, avanzaremos y aprenderemos al mismo tiempo, ya que el juego pretende que nuestra experiencia sea la de comprensión a prueba y fallo (o éxito). Sin rumbo ni voces que indiquen por donde seguir, nuestro objetivo deberá centrarse en un solo propósito, el cual será el de culminar con todas las pruebas de la sala.
Aún así, tendremos nuestras dosis de sorpresas, cuando todo se desmorone (incluso nuestro objetivo), y debamos escapar del lugar resolviendo más y más puzzles.

Acompañados por nuestros pasos

Q.U.B.E. cuenta con una jugabilidad relativamente elemental para permitirnos aprender como superar los retos de forma autodidacta. Por este motivo, durante el transcurso de la historia, nos valdremos de las manos del personaje para realizar las únicas dos acciones (exceptuando la de saltar) que nos permitirán avanzar en el juego. Con el guante izquierdo “extruiremos” los diferentes cubos, y con el derecho, los iremos regresando a su posición original.
Respecto a las plataformas, nos encontraremos con varios tipos de diferentes colores y funcionalidades: El amarillo formará una especie de escalera de tres bloques; el rojo se “extruirá” en tres secciones; el verde será un cubo el cual se lo utilizará para alcanzar lugares imposibles; el de color azul funcionará como un trampolín; y por último, pero no menos importante, los de color fucsia, que nos permitirán girar las paredes a nuestro antojo. Todos ellos, al conjugarlos, serán la única herramienta para cumplir con los objetivos más complicados.

La dificultad, como bien hemos aclarado, será progresiva, y a medida que avancemos nos encontraremos con retos que realmente nos harán pensar. Estos cubos no solo estarán fijos en una posición, sino que avanzada la campaña tendremos la posibilidad de elegir en qué lugar se deberán ubicar para permitirnos superar la fase. Pero no solo ellos son los protagonistas de la historia, porque el entorno también jugará un papel importante; conteniendo botones magnéticos que arrastrarán los cubos; expulsando bolas, las cuales deberemos encaminar hacia un punto específico; y hasta utilizando cables para encender cubos descompuestos.
Con todo esto a favor, el diseño de los niveles peca de poca imaginación, desaprovechando el uso de los cubos y sus funciones para lograr un puzzle que sorprenda. Además, durante el juego tendremos ciertas secciones oscuras que no implicarán reto alguno, quedando totalmente descolocadas y sin motivo alguno más que el de mostrar un espectáculo de luces.

Arte cúbico

Gráficamente, el juego no destaca, pero tampoco será un dolor a la vista. Si bien la paleta de colores es bastante acotada -siendo este el encanto visual que eligieron sus creadores-, tampoco nos cansaremos. Solo sorprende el bajo nivel de modelado de los objetos que no son cúbicos, como las bolas verdes, cables colgando, o los androides que guardan un gran parecido con GLaDOS de la famosa saga Portal. Por otra parte, respecto a las luces, tampoco hay manteca para tirar al techo; con unos efectos más que pobres y que no ofrecerán ningún espectáculo, se coronan como lo más flojo del juego, dándole todavía menos motivo a las fases de oscuridad total que nos aguardan en Q.U.B.E.
Aún con las limitaciones que ya está mostrando el Unreal Engine, Toxic Games se las ha rebuscado para lograr mimetizarnos con el entorno, el cual se moverá en diferentes direcciones, produciendo efectos ópticos que nos desorientarán si los miramos fijamente.

Refiriéndonos al sonido, se mezclará considerablemente bien con el silencio del lugar. Cada cubo expulsará un sonido particular, los cuales lograrán ciertas melodías que adornan al juego de buena forma; lográndose la mayor experiencia sonora en las fases oscuras, donde al iluminarse poco a poco, sugerirán un interesante espectáculo. El resto de los sonidos especiales no destacan, y son bastante genéricos, como el de la electricidad o los saltos de nuestro personaje.
Respecto a la banda sonora, nos encontraremos con temas sutiles que se coordinan con diferentes momentos especiales en los que realmente se necesita el ritmo de una pista. Si bien más de una vez no las notaremos, están muy bien logradas e incorporadas al juego, haciendo de este apartado, uno de los puntos fuertes de la experiencia.

Conclusiones

Q.U.B.E. es un juego indie, desarrollado con bajo presupuesto y poca experiencia en programación. Aún así, gracias al gran esfuerzo demostrado por estos tres jóvenes, han logrado un título de lo más interesante, combinando puzzles, efectos sonoros y ópticos de gran calidad, y un entorno muerto que logra expresar una gran soledad.
No es un juego para cualquiera. El título de Toxic Games apunta a amigarnos con nuestro cerebro, tratando de superar todos los obstáculos que se nos interpongan en el camino.
Si bien peca de nula rejugabilidad, su bajo precio y el poder vivir una experiencia completamente nueva que logrará apartarnos al menos unas horas de las repetitivas entregas anuales que vemos durante esta época del año, vale al menos para darle una oportunidad a Q.U.B.E.

Lo mejor
- Una experiencia nueva en una industria repetitiva.
- La banda sonora es un punto fuerte en el juego.
- Algunos puntos gráficos destacables.
- La jugabilidad es un acierto en todo sentido.

Lo peor
- Rejugabilidad nula.
- Corta duración.
- Poca imaginación en los puzzles.
- No hay voces, ni historia.