El pequeño, entrañable y peculiar Shinnosuke Nohara, alias Shin-chan, vuelve a ser protagonista de otro verano para el recuerdo, en esta ocasión en Akita. Aunque el tranquilo pueblito rural donde él y su familia están pasando estos meses no es lo único que encontrará.
La mejor estación para ser un nene
Luego del éxito de Shin-chan: El Profesor y yo en las vacaciones de verano, salido en 2021 en Japón y el año siguiente en el resto del mundo, llega esta segunda aventura que itera sobre la misma, en lo que a aspecto visual y jugabilidad general respecta. Tanto "El profesor..." y "Shiro..." son sucesores espirituales de un título de culto que nunca vio la luz fuera del país nipón, un título llamado "Boku no Natsuyasumi" (lit. "Mis vacaciones de verano") en donde su protagonista, un jovencito de nueve años llamado Boku, tiene que pasar un mes de verano en un pueblito del Japón rural con unos parientes. De hecho, su creador, Kaz Ayabe, trabajó en "El Profesor..." y estuvo como supervisor en el juego que nos compete ahora, "Shiro y el Pueblo Carbón".
El concepto no es demasiado complejo: el jugador tiene rienda suelta para explorar el pueblo en el que se encuentra, pasear, recolectar distintos objetos, cumplir recados, interactuar con los habitantes del lugar, entre otras cosas. Si bien existe una historia principal, por lo general no se sienten apremiantes y en todo momento se siente que tenemos total libertad de poder hacer lo que queramos. Lo novedoso de estos dos títulos que tienen al icónico Shin-chan como protagonista es, justamente, la personalidad de nuestro pequeñito personaje y su familia.
En esta oportunidad, Shinnosuke y su familia se mudan por el verano a una tradicional casa japonesa en un pueblito rural de la prefectura de Akita, mismo lugar donde viven los abuelos paternos de Shin-chan. El motivo es tan simple como que la empresa para la cual trabaja el papá de nuestro protagonista lo manda por la temporada allí para hacerse cargo de un proyecto. Claro que al pequeño de cinco años mucho no le afecta ésto, y se predispone a aprovechar cada día al máximo, hacer nuevos amigos, y recolectar insectos, plantas silvestres, cosechar comestibles, pescar, entre otras actividades.
Cirujeando por dos lugares diferentes
Desde el primer momento, la temporalidad del título se encuentra dividida en días, y cada uno de éstos en tres momentos distintos y bien definidos: día, tarde y noche. Durante el día y la tarde, podemos andar y hacer lo que queramos. Claro que al principio estaremos bastante limitados, e iremos habilitando más lugares para explorar y actividades para hacer a medida que avancemos y completemos tanto las misiones principales como las sub-misiones. Digo que cada momento del día está bastante marcado y delimitado porque, al vencerse el tiempo límite de cada momento del día, seremos "transportados" de vuelta a casa. Al terminar la tarde, si nos encontramos en el pueblo, un miembro de la familia de Shin-chan lo busca para decirle que está la comida. Por el contrario, si nos encontramos en Pueblo Carbón, a Shin-chan le da sueño y es transportado de vuelta a su casa. A la noche lo mismo: durante la noche podemos operar cerca del hogar, pero por poco tiempo, y al final acabaremos haciendo noni sanos y salvos.
Técnicamente Shin-chan no puede hacer mucho, es un nene después de todo: podemos correr, correr más rápido, y usar una red para capturar insectos. También podemos pescar varios tipos de peces y crustáceos, aunque necesitaremos dos cañas diferentes, especiales para cada tipo. En su estructura central, el núcleo del título es el de juntar y recolectar objetos, que a su vez funcionarán de moneda de cambio para otros objetos que necesitemos, para cumplir recados, completar misiones, entre otras. Para obtener todos estos tesoros deberemos estar atentos al entorno y capturar cada bicho, tirar la caña en cada lugarcito con agua que tenga peces. También podremos plantar semillas y tener nuestros propios cultivos.
Al principio pensé que me iba a costar encontrarle la vuelta al título, siendo una propuesta que no acostumbro a jugar. Y si bien tardé un rato, cuando me quise dar cuenta estuve horas y horas explorando ambas ciudades, dando vueltas y hablando con todos para seguir completando recados y obtener ese pescado o planta que necesitaba para seguir avanzando, o conseguir ese item raro que necesitaba para la misión de historia, o juntando monedas para comprarlo.
Es un título sumamente relajante, cuya pintoresca historia y personajes brindan al jugador esa sensación llenadora de estar tranquilo, disfrutando de esos idílicos días de verano junto a Shin-chan y su familia y nuevos amigos. A medida que van pasando los días y nosotros vamos interactuando con los varios personajes tanto en el pueblo como en Coal Town, nos iremos enterando de su historia, su pasado, qué los aqueja y qué es lo que necesitan.
En el pueblo, nos haremos amigos del grupo de nenes que viven allí, quienes formaron un grupo llamado "Magazinger Z" y nos darán una buena cantidad de recados, tratando de recolectar cada tipo de planta, pez o insecto, a la vez que aspiramos a juntarlos todos para completar nuestro libro/álbum. La vida del pueblo es tranquila, sin sobresaltos ni muchos problemas.
Sin embargo, la vida en Pueblo Carbón no es tan así. De hecho, Shin-chan llega medio de casualidad allí, siguiendo a su perro blanco Shiro, el cual un día como cualquiera llega cubierto del elemento que da nombre al lugar. Según Sumi, la pequeña que recibe a Shinnosuke en Pueblo Carbón, él niño llega para salvar al mismo. Y, claramente, tan errada no estaba: a fuerza de chistes de palabra malos y su peculiar personalidad, Shin-chan se hace querer en Coal Town y ayuda a varios habitantes, como a la dueña de un restaurante que venía con poca clientela: de hecho, este lugar será uno de los principales mientras estemos en la ciudad de carbón: seremos los encargados de recolectar ingredientes para que la cocinera pueda preparar los distintos platos que alegren a los golpeados habitantes del lugar.
Más para la segunda parte del juego, se nos presenta uno de los minijuegos más divertidos de todo el título: las carreras con cochecitos de mina, de esos que se usan para sacar la producción de los túneles. La vuelta que tienen estas carreras es que no gana el que llega primero, sino el que junta más puntos: para ello, deberemos juntar piedras y completar vueltas, y deberemos tratar de no doblar mal las curvas o chocarnos con nuestros rivales. Tiene una buena cantidad de pistas que se van desbloqueando a medida que ganamos las ya disponibles, y claro que para hacer frente a las más complicadas deberemos comprar partes para nuestro carro y mejorarlo acorde a lo que demande la pista y el rival.
Cabe aclarar que, siguiendo la naturaleza relajada y descontracturada de este género y de este título en particular, no hay un límite de tiempo o de días para completar la historia principal o los distintos recados, y es más, una vez que veamos los créditos finales, podremos seguir jugando para completar todo al 100%.
Una belleza relajante
Me sorprendió para bien el apartado artístico y el estilo que utilizaron en "Shiro...", que luego me enteré, claramente, que es el mismo que usaron para el título anterior. En vez de ser entornos en 3D, cada pantalla del pueblo o de Coal Town son fondos "prerenderizados", como en los survival horror de antaño, salvo que en esta ocasión son bellísimas pinturas e ilustraciones con un montón de detalles, sobre las cuales se mueven los personajes hechos en cell-shading, los insectos, algunos efectos (como el de la cascada de la montaña) entre otros. Quedé bastante maravillado con el trabajo volcado en éstos, tan así que no me molestó recorrerlos una y otra y otra vez, pateando de un lugar para otro buscando las cosas que necesitaba. Aparte, el pueblo y Ciudad Carbón son bastante distintos entre sí, lo que hace que resalten mucho más las cualidades de cada uno. La música es espectacular, acompaña de manera magistral. Las voces en japonés son, por supuesto, las mismas que la de la serie animada.
El título salió para PC y Switch, y ciertamente es un título pintado para la consola híbrida de Nintendo. Nosotros tuvimos la oportunidad de probarlo en PC, desde Steam, y si bien el título es completamente funcional, debo remarcar que anda a 30 cuadros por segundo clavado. Si bien en un título de estas características no es lo más importante, es algo a marcar. Es ultra recomendado jugarlo con control, ya que la adaptación a teclado y mouse no es la mejor. Si bien acepta varios prompts dependiendo del control que tengamos, no es algo que el juego detecte automáticamente y deberemos cambiarlo manualmente según el caso en el menú. También debo mencionar que las opciones gráficas son prácticamente nulas; es bastante rústico en ese sentido.
Conclusiones
A pesar de que su estructura rígida puede molestar por momentos, sobre todo cuando estamos cerca del final y no queda mucho más que hacer, Shin-chan: Shiro and the Coal Town es a mi parecer un hermoso título, que logra mezclar la personalidad extrovertida y peculiar de nuestro pequeño protagonista con una linda historia que hasta por ahí nos deja pensando un poco; aparte de activar el acopiador que llevamos dentro y, por qué no, extrañar esa época del año cuando las preocupaciones no eran las mismas que las que son cuando ya se llega a otra edad.
Lo mejor
· Personajes.
· Las carreras de carritos.
· Apartado artístico.
Lo peor
· Estructuralismo.
· Algunas pantallas se hacen pesadas debido a la ineludible repetición.
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